El 12 de noviembre de 1818 se fundó el primer Banco de Estado Argentino, durante la gestión del general Juan Martín de Pueyrredón, quien se desempeñaba como Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

La creación de esta institución marcó un paso decisivo en la organización económica del país, al establecer las bases del sistema financiero nacional y fortalecer la administración pública en los primeros años de la independencia.

El banco tenía como finalidad facilitar las operaciones comerciales, organizar el crédito público y promover el desarrollo económico de la joven nación. También buscaba ordenar la emisión de moneda y respaldar las finanzas del Estado en un contexto de grandes desafíos políticos y económicos.

Este acontecimiento fue fundamental para el crecimiento del país, ya que permitió consolidar un sistema que, con el tiempo, daría origen a instituciones como el Banco de la Provincia de Buenos Aires y, más tarde, el Banco de la Nación Argentina.

A más de dos siglos de su creación, la fundación del primer Banco de Estado Argentino representa un hito en la historia económica del país y un símbolo de los esfuerzos por construir una nación sólida, independiente y con un sistema financiero propio.